martes, 31 de mayo de 2011

Cero impuestos

Washington Herrera
Si la democracia es una pasión hay que hacer lo necesario para que se refleje en el bienestar de la gente. Cuando se tienen convicciones de justicia social lo básico es crear empleos como la única manera cierta de hablar de un país inclusivo. Un gobierno de izquierda que no pueda crear más empleos formales no es ético porque está enterrando la esperanza.
Hasta aquí se ha aumentado empleos públicos y subsidiado a los más pobres, pero no se ha creado suficiente empleo productivo porque se ha hostigado a la empresa privada, alejando las posibilidades de nuevas inversiones. Para revertir esta situación el Gobierno debe cambiar su política si quiere perdurabilidad de las adhesiones. En este mundo, la inversión solo viene cuando ve claras opciones de rentabilidad sostenida en un horizonte temporal razonable para recuperar lo invertido. Nadie viene por filantropía. Entonces cabe enfrentar la situación a base de decisiones drásticas. Aquí las ideologías y el encono contra la burguesía no caben si el pueblo llano sigue siendo pobre e incompetente para trabajos modernos. No olvidemos que China y Vietnam, países comunistas, han atraído inversiones a base de medidas audaces como cero impuestos para producciones de tecnología moderna en ciudades y zonas especiales de producción. La ciudad china Wan Soo es un ejemplo.
Nuestros jóvenes deben aprender a producir bienes de última generación, tales como computadoras, televisores, celulares, derivados de la nanotecnología, productos químicos a base de desarrollos biológicos propios, derivados de la minería, es decir de bienes que se venden a buenos precios en todo el mundo. Para esto se precisa de inversionistas que traigan la tecnología y de recursos humanos preparados para receptarla. Se puede empezar ensamblando partes y piezas importadas, para que después de lapsos razonables se incorporen partes y piezas nacionales, mediante exigencias estrictas, producidas por trabajadores ecuatorianos que aprendan este tipo de procesos industriales. Cero impuestos pero a cambio de tener industrias modernas con empleos de buena calidad y con remuneraciones crecientes.
La inversión pública no interviene en este tipo de producción y solo lo puede hacer la empresa privada, a base de incentivos, con estabilidad y credibilidad de las reglas del juego. Por eso el Ecuador debe diseñar un programa grande, en territorios específicos, exonerando de todo impuesto, por un lapso, para que vengan inversiones con tecnología a dar ocupación a nuestros jóvenes que hoy salen de colegios y universidades y no tienen en qué trabajar. Estas industrias marcarían un punto de inflexión para el Ecuador, pues no exportaría impuestos sino talento humano.
No hacer nada al respecto es condenarse a la mediocridad productiva.

TOMADO DE: El Comercio, Quito, 31 de mayo 2011

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