sábado, 26 de mayo de 2012

Inversión no es gasto, aclaran autoridades

Jueves, 17 de Mayo de 2012 08:00 AÁT El Ciudadano

Los últimos cinco años han sido históricos en materia económica y social de acuerdo a las cifras reportadas por organismos internacionales e instituciones locales. Un informe del banco HSBC Global Research asegura que Ecuador escalará 15 puntos en el ranking económico mundial, ubicándose en el puesto 61, al aumentar su Producto Interno Bruto (PIB) de $ 24.000 millones en 2010 a $ 206.000 millones en 2050. El Gobierno tuvo que enfrentar la debacle financiera de Estados Unidos y sus repercusiones en Europa y América Latina en 2008, sin embargo, mantuvo la inversión, la protección social y controló la tasa inflacionaria. El Banco Mundial resaltó los planes que el Ejecutivo puso en marcha para enfrentar la crisis financiera internacional.

Un artículo de diario El Comercio, publicado el lunes 14 de mayo de 2012 titulado “Analistas advierten panorama económico más complicado si no hay cambios”, afirma que la situación económica del país no es muy alentadora, citando a los analistas Jaime Carrera, Vicente Albornoz y Mauricio Pozo. Gasto público Para Jaime Carrera, “en cinco años se ha gastado 110.000 millones de dólares y los resultados no han sido alentadores. Además, alerta que hay una sociedad menos competitiva”. Mientras que Mauricio Pozo, dijo: “es grave que el gasto público frente al PIB sea del 50% lo que puede abrir una burbuja igual que Grecia o Italia”. Según el Ministerio de Finanzas, el gasto total del Gobierno Central representó el 29,5% del PIB al cierre de 2011. En efecto, el PIB del país cerró 2011 en $ 65.945 millones, mientras que el gasto total del Gobierno Central cerró en $ 19.462 millones. El Ministerio descartó que el gasto del Gobierno sea excesivo. El gasto corriente del Gobierno en comparación con el PIB es de 16,6% (frente a un promedio de 19,5% para la región) y es más bajo que el de los países de Chile, Costa Rica, México, Uruguay y Brasil, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). En cambio, el gasto de inversión de la actual administración es elevado lo cual es positivo, puesto que se financia la obra pública e infraestructura que permiten incrementar la productividad y dinamizan la economía. En el caso de que bajaran los ingresos del Gobierno (por ejemplo, debido a un descenso en el precio del petróleo) se podría reducir este gasto en capital sin afectar el gasto corriente, como el puntual pago de sueldos.

 Respecto a la comparación de Ecuador con los países europeos, la cartera de Finanzas aclaró que la deuda pública de Ecuador es extremadamente baja y ha disminuido en comparación al PIB desde que inició el actual Gobierno. Por ejemplo, el nivel de Deuda/PIB de Grecia cerró 2011 en 165% (vs. 107% en 2007), mientras que el de Ecuador fue en 22% en 2011 frente al 31% en 2007. Desmentido a dependencia del petróleo Vicente Albornoz dice que “Ecuador es más dependiente y más adicto al petróleo en la actualidad que antes. Alerta que en el caso de caer el precio sería muy serio el impacto”. Finanzas califica de falsa la postura del analista, ya que “los ingresos tributarios han aumentado más rápido que los ingresos petroleros, a pesar del incremento del precio del petróleo”. En efecto, la principal fuente de financiamiento del Gobierno es el cobro de impuestos y tributos, representado en 2011 en un 55% de los ingresos totales (14,8% del PIB), mientras que los petroleros es un 38% de los ingresos totales (10,1% del PIB). Por otra parte, desde 2008, año en que la Ley de Recuperación de los Ingresos Petroleros fue aprobada (que permitió incluir dentro del presupuesto los ingresos petroleros excepcionales), las divisas por este rubro se han incrementado en 1,5% del PIB, mientras que los tributarios subieron un 2,7%. Crecimiento Según el analista Albornoz, “la caída de la pobreza fue mayor en el período anterior, del 2002 al 2006, que lo que hoy se reivindica del 9%”.

De acuerdo al Banco Central del Ecuador (BCE), el crecimiento de la economía fue ligeramente mayor en los 5 años que precedieron el actual Gobierno que en los 5 siguientes. Sin embargo, “esta comparación es altamente engañosa ya que se obvia el hecho de que Ecuador tuvo que hacer frente a los efectos de la peor crisis financiera global desde los años 1930 en el año 2009”. Si excluimos el año 2009 el crecimiento promedio de la economía del Ecuador fue en ambos casos de 5,2% en promedio. Las cifras del 2002-2006 se explican en parte por el fuerte aumento que hubo en 2004, año en el que entró a funcionar el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP). Sin embargo, la subida del PIB petrolero del año 2004 no significó mayor ingreso disponible para la población, ya que, dado los contratos vigentes en esa época, la mayoría de la renta terminó en el extranjero. La pobreza en Ecuador se ubicó en 28,6% en diciembre de 2011, lo que representa una caída de nueve puntos porcentuales con respecto a 2006, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). La reducción significa que unas 930.000 personas salieron de la línea de pobreza en los últimos seis años. /ElTelégrafo

 TOMADO DE LA EDICIÓN DIGITAL: EL CIUDADANO

COMENTARIO DEL AUTOR DE ESTE BLOG:


ASPECTOS POSITIVOS Hay aspectos positivos, indudablemente de este Gobierno. Uno de ellos, es haber elevado el monto de inversión pública. Si bien es cierto, la inversión no es gasto (en el lenguaje popular), técnicamente, en las cuentas nacionales, los economistas distinguimos entre: GASTO CORRIENTE y GASTO DE CAPITAL O DE INVERSIÓN. Y los dos, en términos macroeconómicos, son parte del GASTO PÚBLICO. En los cuatro años anteriores a este Gobierno (período 2002-2006). El gasto corriente (sueldos y salarios, publicidad, marcadores de pizarrón, gasas médicas, etc.) representaron el 80% del Gasto Público y el de Inversión (carreteras, puertos, aeropuertos, hidroeléctricas, refinerías, etc.), fueron del restante 20% de ese gasto público (G, en términos macroeconómicos).

En el período (2006-2010), el gasto corriente disminuyó al 70% y el gasto de inversión subió al 30% del total de gasto público. Toda esta información, usted la puede analizar en las Estadísticas del Banco Central del Ecuador y no son simple opinión mía, son datos reales, obtenidos de las estadísticas oficiales. Eso está muy bien. Aumentar el gasto de inversión y disminuir, el gasto corriente. Los ingresos, como bien se dice en este artículo, para financiar el gasto público (en Gasto Corriente y Gasto de Inversión), ha provenido de dos fuentes básicamente: ingresos petroleros e ingresos tributarios. Y los dos han crecido, representando importantes porcentajes para el Estado.

POR ESO NO HA EXISTIDO UN DÉFICIT IMPORTANTE PARA EL ECUADOR, que es lo que finalmente interesa, más que si el gasto público sube o baja. Según cifras oficiales, el déficit público se ubicó en 2011 en el 2% del PIB (para que el lector tenga una idea de esta cifra, simplemente le diré que el FMI y la Unión Europea recomiendan a sus países miembros, tener un déficit público que se ubique en el 3.5% del PIB, para que sea manejable, es decir, tolerable y si nuestro país tuvo un 2% como déficit público, quiere decir que estamos por debajo de lo que los organismos internacionales y entidades técnicas recomiendan). Respecto a que: "el Gobierno está sobreendeudando al país", por haber contraído créditos externos, que fundamentalmente van a ir a la generación hidroeléctrica y refinerías. Basta señalar que, en términos macroeconómicos, se considera técnicamente acertado no registrar una relación: deuda pública/PIB superior al 40% (como ya lo he señalado en múltiples ocasiones y entrevistas). El Ecuador, sin considerar los créditos chinos que ascienden a una cifra un poco superior a los 7 mil millones de dólares (7.200 para ser exactos), presenta una relación deuda pública /PIB del 22% (considerando que debemos al exterior 14 mil millones y nuestra producción interna de bienes y servicios finales es de 65 mil millones). 

Tomando en cuenta, los créditos chinos (porque si son deuda a la final, aunque el Gobierno no lo quiera reconocer así), la relación deuda/PIB del Estado ecuatoriano es del 32%, es decir, todavía inferior al umbral del 40%, anteriormente señalado.


ASPECTOS A SER MEJORADOS

 El consumo se ha incrementado, lo cual tiene sus aspectos positivos. Mayor demanda, hace que la producción local también aumente. Lo que no puede ser satisfecho por la producción interna, hay que importarlo. Y he aquí lo malo de un modelo basado sólo en el gasto público. Antes de la dolarización, los aumentos en G, se los satisfacía: imprimiendo más monedas y billetes, es decir, ordenándole al Banco Central del Ecuador, que fabrique más dinero. Más dinero y menos producción, genera inflación. ¿por qué?, porque se genera escasez, al haber menos cantidad de bienes y servicios, los precios se disparan. Imagínese por un momento que en un abrir y cerrar de ojos, toda la población tiene dinero en su bolsillo, esa gente va al mercado, a consumir, a demandar más mercancías. Como no existe la suficiente producción que los abastezca, la obvia consecuencia, es que si usted quiere el producto, esté dispuesto a pagar una mayor cantidad por él. Eso era antes de la dolarización. La dolarización, nos ha blindado de las tendencias populistas de los gobiernos de turno de financiar los déficits fiscales, monetizándolos, es decir, imprimiendo más dinero; porque ahora nuestro sistema monetario y financiero depende de los dólares que seamos capaces de captar, vía: exportaciones, créditos externos e inversiones directas nacionales y extranjeras. No hay otro mecanismo!

El modelo del Gobierno de la Revolución Ciudadana, personalmente lo califico como: Keynesiano en lo fiscal, Proteccionista en lo comercial y Monetarista en lo monetario (valga la redundancia). Analicemos detenidamente:

1) En lo fiscal, el Gobierno es Keynesiano. De allí el monto del Gasto Público (anterior período: 2002-2006, 24% del PIB. Actual período: 2007-2010, 40% del PIB), para los correístas (que deben estar sacándome los ojos ahorita mismo, puesto que no coinciden las cifras dadas por los medios públicos: El Ciudadano y El Telégrafo, simplemente decirles que no se enojen y que hagan un sencillo cálculo aritmético, dividiendo las cifras de la variable Gasto Público -que está en la Información Estadística Mensual a diciembre del 2011 publicada por el Banco Central del Ecuador- para el PIB Nominal o Corriente de cada año de los señalados). ¿Y es malo ser keynesiano?, de modo alguno, sólo que Keynes (el fundador de esta corriente) jamás dijo que una economía debe serlo por largos períodos de tiempo, de hecho sus ideas sirvieron y mucho para sacar a la economía mundial de la Gran Depresión de los años 30 del siglo XX, cuando se necesitaba reactivar la economía y la manera de hacerlo, era que el Estado gaste más.

Otro detalle, los keynesianos (y sus detractores, los liberales extremos), también se olvidan que Keynes, era LIBERAL, discípulo de Alfred Marshall (un reputado neoclásico) y que no sólo sugirió un mayor gasto público, también recomendó: MENORES IMPUESTOS, ¿para qué? para reactivar la inversión privada, para que haya más producción y se genere más empleo. En conclusión, Keynes, fue un liberal con ideas intervencionistas esporádicas, cuando la economía lo necesite, en épocas recesivas y de poca demanda. Es muy popular la frase de Keynes: "en el largo plazo todos estaremos muertos", con lo cual intentó decir, que sus brillantes ideas servían (y muy bien), para cortos períodos de tiempo, porque no podemos vivir sólo de ESTADO, necesitamos también atraer inversión privada y eso se lo consigue, nos guste o no, integrándonos al mundo, a la globalización.

2) Es proteccionista en lo comercial. Porque trata de proteger la producción y el empleo de la población, cerrando las fronteras a las importaciones y no firmando tratados de libre comercio con EEUU y Europa (aunque éste último se lo está negociando con otro nombre). ¿Es malo ser proteccionista? de modo alguno, de hecho puede que algunos países lo hayan sido en cierto momento de su historia, sólo que a veces tendemos a olvidarnos que si países del tamaño de EEUU, Gran Bretaña o Brasil lo fueron, es porque no dependen en grado sumo de las importaciones. Son grandes países, que pueden darse ese lujo. Pero, países pequeños como: Perú, Colombia o Chile, por ejemplo, se han integrado al mundo, han abierto sus fronteras, han disminuido sus aranceles y, lo que tal vez han perdido por el lado comercial (y digo tal vez, porque el comercio exterior no es un juego de suma cero, es uno de: ganar-ganar), lo han ganado y con creces, por el lado de la inversión extranjera directa.

Miremos las cifras de la CEPAL en dólares 2011: Perú, 7.659 millones; Colombia, 13.234 millones y Chile, 17.300 millones. Ecuador, de su lado, apenas captó 567 millones. Está bien, digamos que esas son economías más grandes que la nuestra y que es improcedente hacer comparaciones con esos países. Costa Rica, 2.104 millones, Honduras, 1.014 millones; Guatemala, 985 millones; Nicaragua, 968 millones; y, Bolivia, 859 millones. Sólo El Salvador y Paraguay, captaron menos inversiones que nosotros: 386 y 149 millones de dólares, respectivamente. Uno de los mitos más comunes, es decir: "México, ha firmado tratados de libre comercio y no le ha ido bien. Ahora, hasta importan maíz". Puede que sí, que su maíz no haya sido competitivo y hayan tenido que quebrar productores mexicanos. No obstante, ese es el primer tiempo del partido. Y lo que "se olvidan", es que México, es el segundo país, detrás de Brasil, en captar IED a la región (según esas mismas cifras de la CEPAL). Así, Brasil captó $ 66.660 millones y México $ 19.440 millones de dólares.

¿Para qué sirve la inversión extranjera directa?, sirve básicamente para generar producción y sobretodo empleo de calidad. En países como los nuestros, donde no existe la suficiente capacidad de ahorro interno de la población, es necesario captar esa inversión del extranjero, porque eso es la inversión externa, ahorro proveniente de otras economías más disciplinadas y más desarrolladas que las nuestras. De lo contrario, habrá que invertir más por la vía del Estado y endeudarnos más, lo cual se lo puede hacer en el corto plazo; pero esta política, es insostenible en el mediano y largo plazo (la terminarán pagando las futuras generaciones). De allí entonces, la urgencia de replantear el modelo proteccionista, por uno más liberal; y firmar tratados de libre comercio, como ya lo han hecho nuestros vecinos: Colombia y Perú, de lo contrario, el Estado financiará ineficiencias productivas de los oferentes, a costa de los consumidores o demandantes (que somos la mayoría). Ya lo dijo Adam Smith: "Si en un país el costo de producir es más caro que importar. Habrá que importar", porque de lo contrario, existe lo que se denomina en Economía: "una pérdida del bienestar social".

3) Es monetarista en lo monetario. Es decir, en lo que tiene que ver con la emisión de dinero en la economía. Y lo es, contra su voluntad (en más de una ocasión lo hemos escuchado quejarse amargamente de la dolarización). La dolarización, blindó a la economía de: crisis políticas y de gobiernos que empleaban el Banco Central, como la caja chica del Estado. Esta política monetarista, es la más acertada de todos los Gobiernos que se han beneficiado de la mayor ventaja de la dolarización: el control de la inflación. Si nos fijamos en las estadísticas del INEC (que mide la inflación a través del IPC) y en los deflactores del PIB (otro de los métodos para calcular la inflación), vemos que esta inflación, a partir del 2003, es inferior a los dos dígitos (al 10%). Lo cual es positivo, pero requiere de mayor disciplina fiscal. Caso contrario, en pocos años más estaremos saliéndonos de ella, como ahora mismo al parecer, le va a tocar hacerlo a Grecia, con el Euro, la moneda común de los países que la integran.


CONCLUSIÓN El primer tiempo de este partido, al Gobierno le ha ido bastante bien en lo económico (y no tengo empacho en decirlo. Lo reconozco). Ha existido una conjunción "astral" de factores para ello: 1) altos precios internacionales del petróleo (que son factores exógenos, es decir, que no dependen de la voluntad del régimen); 2) mayor recaudación tributaria (que sí depende de la voluntad del régimen y lo han hecho bien); 3) financiamiento chino, en lugar de acudir a organismos financieros internacionales tradicionales como el FMI y BM, que imponen sus condiciones como cualquier Banco, para prestar dinero; el Gobierno, ha decidido acudir a China como su socio estratégico y ha conseguido 7.200 millones de dólares para sus proyectos de inversión pública: refinerías, hidroeléctricas, carreteras, metro de Quito, etc.

El segundo tiempo (y aquí me hago eco de las palabras de la Ministra Coordinadora, Janeth Sánchez, entrevistada por Andrés Carrión en Radio Armónica), es necesario, que dejen que la empresa privada sea la generadora de oportunidades para la población. El Estado ya lo hizo en el primer tiempo de este partido que estamos ganando, pero el partido todavía no termina.

Ahora, es necesario que el Estado asuma un rol más regulador, antes que interventor o planificador. Y para ello, por ejemplo, una de las medidas pragmáticas a tomarse sería por ejemplo: exonerar de impuestos, tasas, contribuciones y demás tarifas fiscales -estatales y seccionales- a todo emprendimiento productivo nuevo que se implante en el país a partir de ahora. Comenzando a cobrarse estos tributos, a partir del sexto año. Es decir, una exoneración tributaria y general, por un período de 5 años. ¿El Estado perdería recursos con esta medida? Probablemente, pero, y muy importante: Habrá dado una señal clara a la empresa privada de que las palabras de Janeth Sánchez, no son simplemente eso (palabras, que se las lleva el viento). Y permitiría atraer inversión directa tanto nacional como extranjera. No nos olvidemos que las tarifas impositivas alientan o desaniman a los emprendedores. Si se da un incentivo de esta clase, no tengo la menor duda: aumentará la inversión privada en el país.

Dicen ser Keynesianos y no Marxistas (Estatistas contumaces). Escuchen a Keynes, no sólo en lo del Gasto Público (G), disminuyan los impuestos (T) y capten una mayor inversión privada (Ip).  Única fuente sostenible en el tiempo de mayor producción (PIB) y empleo.  Ninguna sociedad ha podido vivir un largo tiempo, solamente basada en la maquinaria estatal.  Aprendamos las lecciones de la historia!

Econ. Pablo Zambrano Pontón
CATEDRÁTICO, ESCRITOR Y ANALISTA ECONÓMICO


Sus excelentes, didácticos y prácticos libros: Microeconomía, Macroeconomía y Economía Internacional, los puedes encontrar en MR BOOKS, LIBRERÍA ESPAÑOLA Y ALMACÉN UNIVERSITARIO, o envíale un mail a pabli_zam@yahoo.es.

sábado, 19 de mayo de 2012

EL SOCIALISMO MARXISTA Y LA SOCIALDEMOCRACIA, ¿SON LO MISMO?

El socialismo marxista, es una ideología política, que defiende un sistema social o comunitario, donde la economía se basa en la socialización (estatización) de los medios de producción (así, en oposición a la propiedad privada, ellos hablan de la “propiedad social, común o colectiva”, de allí el término socialistas comunistas o colectivistas). Sus defensores, se caracterizan por su feroz crítica al capitalismo (tanto al liberal clásico como al interventor keynesiano. A Keynes, muchos de ellos lo consideran: “un revisionista”).

Es un término relacionado con el establecimiento de una clase trabajadora organizada, creada mediante un proceso revolucionario, que instaure lo que ellos utópica y teóricamente denominan: “la dictadura del proletariado”. En la práctica, eso más bien se convirtió: “en la dictadura del Estado”. Entidad ubicada por encima de las familias y de las personas. Esclavizadas por funcionarios públicos represivos y autoritarios; en nombre del “bien común” y de la “lucha de clases”: entre los “pérfidos” burgueses o capitalistas (los dueños de los medios de producción) y los “angelicales” obreros o proletariados (desposeídos de los medios de producción, que tienen que vender su fuerza de trabajo, a cambio de un “mísero” salario).

Sin embargo, dado su estrepitoso fracaso a escala mundial (no lo digo sólo yo, lo señala la historia; porque se cayó en Alemania Oriental en 1989, en la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas – URSS –, en Europa del Este en 1991, y ahora mismo está por caerse en Cuba, 2012), se les dice socialistas, en la actualidad, a los socialdemócratas. Quienes defienden la propiedad privada, con medidas sociales de justicia redistributiva. Es decir, la socialdemocracia, trata de reducir las diferencias económicas entre las diferentes clases sociales. Los gobiernos socialdemócratas, tienen medidas para redistribuir la riqueza; por ejemplo, a las personas de clase alta (los que poseen más riquezas/dinero que la media de la población) se les exige pagar mayores impuestos que a la media poblacional, con el fin de distribuir la riqueza en la sociedad y ofrecer o facilitar oportunidades, a individuos de menor clase social que no las podrían disfrutar. Los socialdemócratas con tendencias liberales, creen en la economía de mercado, pero consideran además que el Estado es el llamado a resolver los problemas sociales derivados de la distribución del ingreso y la riqueza. Por eso, hay socialistas que confían en el mercado (socialdemócratas) y otros que despotrican en contra del mercado (marxistas).

En este sentido, al Liberalismo social, se lo podría considerar como parte de la socialdemocracia, siempre y cuando se coloque en primer lugar a la economía por sobre los aspectos sociales y políticos; porque hay socialdemócratas que intentan ubicar a la sociología y a la política, por encima de la economía y eso tampoco ha dado resultado en la práctica: ¡Sin recursos económicos, es muy difícil ser solidario! Por tanto, el significado dado al socialismo es muy amplio. Por un lado tenemos el marxista, colectivista, estado céntrico o de partido único; cuyo esquema es el de políticas económicas intervencionistas o en extremo estatistas, como sucede en Cuba, Corea del Norte y actualmente también en Venezuela. País éste último, donde recientemente han existido muchas violaciones en contra de la propiedad privada, de la libertad de expresión y del mercado; que han hecho de esta nación sudamericana, una nueva sucursal cubana en la subregión (la primera fue Chile en la década de 1970, durante el régimen marxista de Salvador Allende). No obstante, habrá que ver más adelante si cambia o no el panorama de Venezuela, luego de las declaraciones de Fidel Castro el 8 de septiembre del 2010, cuando dijo que su “modelo”, ya no funciona ni para ellos, peor para exportarlo; y, especialmente después de que la oposición venezolana se consolide como una nueva fuerza política en la Asamblea. Y por otro, está la socialdemocracia, que respeta la propiedad privada, la libertad de expresión, la libre empresa, la libre competencia, en fin; pero que además, tiene adecuadas políticas redistributivas, a través de subsidios e impuestos directos, que benefician a los estratos populares y gravan con mayores impuestos, a quienes están en la real posibilidad de pagarlos.

Según el sociólogo alemán (inventor del socialismo del siglo XXI) Heinz Dieterich, “Los gobiernos socialistas en América Latina, son más bien intentos de aplicación contemporánea de las políticas de la economía social de mercado” (Liberalismo social). Al parecer, se refiere a las social democracias de Lula en Brasil y de su antecesor Fernando H. Cardoso; de Frei, Lagos, Bachelet, y de la Concertación en Chile; de Tabaré Vásquez en Uruguay (Mujica, hoy) y de Alan García y Ollanta Humala, en Perú. Quienes, siendo gobiernos políticamente originarios de la centroizquierda o incluso ex marxistas “conversos”, aceptan la economía liberal de mercado, con amplias coberturas sociales para la población más necesitada de sus respectivos países, haciéndole ver al mundo y al resto de la región, que ¡sí es posible compatibilizar la libertad económica, con la necesaria solidaridad social!, que estas dos cosas: libertad y solidaridad, no son mutuamente excluyentes, son perfectamente compatibles y complementarias.

Fernando Henrique Cardoso, por ejemplo, se declara socialdemócrata y fue el primer Presidente del Brasil, que se interesó en los pobres de manera real, inaugurando un modelo de asistencia pública de una altísima efectividad concreta. Así, conocedor de que la gran miseria del gigante sudamericano, es explicada por la ignorancia y el analfabetismo, concedió subvenciones financieras a las madres de familia, con la condición de que éstas escolaricen a sus hijos. Después Lula (contra todo pronóstico, dado su pasado marxista y sindicalista), continuó con las políticas liberales socialmente responsables de Cardoso, otorgándole independencia al Banco Central, estabilizando la moneda, abriéndose al mercado, privatizando entidades estatales ineficientes y monopólicas, dándole importancia a la transparencia fiscal y manteniendo la política denominada “ayuda condicional a las familias”.

En el enlace digital (http://e-pesimo.blogspot.com/2008/11/mercados-de-la-mano-invisible-de-adam.html), se lee: “Pese a su fuerza y repercusión, el marxismo no fue, sin embargo, la única respuesta a la revolución industrial y el desarrollo mundial del siglo XIX. Hubo una vertiente más light: el socialismo democrático (o simplemente, “socialismo”). Ya sea en su vertiente inglesa (los fabianos, herederos de una tradición mixta entre socialistas utópicos y las teorías de David Ricardo), como en la continental. Tanto unas como otras, parten de una premisa: Smith se equivocaba. Los mercados no pueden y no deben regularse solos. Es necesaria la intervención estatal, porque la utopía de que la búsqueda del interés personal conduce al bien general, es una falacia. Lo que se necesita es un regulador, un planificador, que coordine la economía para paliar las inevitables injusticias. El socialismo busca la redistribución de la riqueza mediante el lema «de a cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades». En el siglo XX, y salvo en unos cuantos lugares, la máxima que triunfó fue ésta, pero sin la ortodoxia del marxismo. Hubo quien, como Ludwig von Mises, anticipó a principios de la década de 1920 la imposibilidad del cálculo económico en las sociedades socialistas. Pero ya antes, algunos críticos desde dentro, como Eduard Bernstein, abogaron por un revisionismo de los socialistas clásicos (Marx) para adaptarlo a la realidad. Lo que dio lugar a la socialdemocracia y al socialcristianismo, especialmente tras la encíclica Rerum Novarum del papa Leon XII en 1891”.

En contraste con la socialdemocracia, para el marxismo, el socialismo es considerado la fase previa al comunismo, por ello los procesos revolucionarios vividos por la ex URSS, Corea del Norte, la Cuba Castrista y la China Maoísta, se relacionan con esta doctrina. Los únicos sobrevivientes actuales del marxismo son: Cuba y Corea del Norte; pues la URSS fue desintegrada y en la China se ha pasado del comunismo al consumismo y al capitalismo económico (en lo político, siguen siendo marxistas). Para los marxistas, el socialismo implica una sociedad altamente igualitaria y solidaria, sobre la base de la democracia obrera y la propiedad social sobre los medios de producción, haciendo hincapié en un fuerte desarrollo productivo y cultural, con una economía planificada; capaz de suplir holgadamente las principales necesidades mayoritarias. Un rasgo distintivo de los socialistas-comunistas, es tratar de superar el sistema capitalista. Porque ellos lo ven como la raíz de todos los males. En este sentido, no es lo mismo un socialdemócrata que un comunista, porque el primero trata de que haya una mejor redistribución del ingreso y la riqueza, a través de mecanismos concretos como son las reformas tributarias, por ejemplo; mientras que los segundos, quieren implantar un sistema socialista, con un Estado hiperactivo e intervencionista, como paso previo al comunismo. Donde el Estado (luego de que haya cumplido su papel en el socialismo), junto con la explotación del hombre por el hombre, en su opinión teórica, al fin desaparezcan.

Sebastián Hurtado Pérez, columnista de Diario El Comercio de Quito-Ecuador, señala: …“algunos erróneamente califican de comunistas a ciertas naciones, sin tomar en cuenta que comunismo es un sistema económico utópico que nunca ha sido aplicado en ninguna parte del mundo…” (Fuente: www.elcomercio.com).

No obstante la opinión de este economista, cabe señalar, que es hacia allá, a donde pretenden ir los socialistas más radicales, a la construcción del socialismo, como fase previa al comunismo. Por tanto, el que no se lo haya aplicado nunca, no significa de modo alguno, que ciertos soñadores se hayan olvidado de las igualitarias tesis marxistas y que jamás las intenten poner nuevamente en vigor, con los tristes resultados prácticos que todos conocemos (incluso los socialistas marxistas saben que no ha funcionado el socialismo en el ámbito económico, no obstante lo justifican diciendo que no ha sido implantado en la forma recomendada por Carlos Marx, o que no fue Trotsky el que lo impusiera en la ex URSS, sino Stalin, o culpan del atraso cubano al embargo norteamericano, etc.) Siempre lo pretenderán hacer, mientras tengan el pretexto de la desigualdad capitalista, de las fallas del mercado, de los normales ciclos económicos, en fin; que sin duda existen, pero para eso están los impuestos y los subsidios directos: para humanizar al capitalismo y dotarlo de contenido social.

Así pues, el Liberalismo social en la práctica, ha demostrado ser el menos pernicioso y dañino modelo que existe; porque partiendo de la economía de mercado, del sistema de precios y de la libertad económica de los individuos emprendedores, que se arriesgan a exponer su capital en un negocio: redistribuye la riqueza, por la vía de un Estado, solidario únicamente, con los pobres y excluidos del sistema, es decir, con quienes verdaderamente lo necesitan. El mundo contemporáneo, se enfrenta ahora a una nueva plaga, repleta de credo o fanatismo, el denominado ambientalismo extremo, que culpa de todos los males al liberalismo, en el sentido de que al ser éste un modelo probado de desarrollo (ellos así lo reconocen), estaría destruyendo al planeta, lo que sin duda alguna, también es una exageración y un peligroso dogma ideológico, puesto que las mismas sociedades libres a través de nuevas invenciones, generadas en ambientes institucionales de libertad y solidaridad, van creando las suficientes medidas de mitigación, como para remediar este problema. 

Volviendo al socialismo marxista (pariente cercano del ambientalismo extremo), se escuchó en los noticieros ecuatorianos una voz con acento boliviano en la cumbre del ALBA en Otavalo el 24 de junio del 2010: “En el capitalismo te pagan para que trabajes, para mantener la explotación capitalista. En el socialismo, tú trabajas por convicción, sin que nadie te obligue”, que suena bonito, pero es poco pragmático y efectivo en la realidad, o si no preguntémosles a los cubanos, cuyo salario promedio es de 10 dólares por mes. Un maestro en Cuba gana 9 dólares y 60 centavos por mes; un ingeniero, 14 dólares con 40 centavos y un médico, 27 dólares por mes.

Andrés Oppenheimer, a propósito de las remuneraciones en Cuba señala: “En teoría, el régimen cubano provee a la población de alimentos subsidiados y cuidados médicos gratuitos que no existen en otros países y que deben ser tomados en cuenta en cualquier comparación salarial. Pero cualquiera que haya visitado Cuba sabe que la tarjeta alimentaria no cubre más que las necesidades mínimas para una semana por mes y que los servicios médicos a menudo sólo funcionan en los hospitales para turistas (…)”.

Así que estimado amigo boliviano, sería bueno que nos diga desde su visión ideológica: ¿Por qué se cayó el muro de Berlín? ¿Por qué ya no existe socialismo en la ex URSS? ¿Por qué Rusia, China e India decidieron aplicar el capitalismo liberal en lo económico?, amigo, con todo afecto y respeto, el socialismo comunista no funcionó simplemente por su tiranía de Estado, por despreciar a la propiedad privada, a la libertad económica; por ser solidario, sólo con una elite del partido comunista (con la clase dirigente); porque en la práctica, según el “Libro Rojo del Comunismo”, este sistema le costó al mundo, entre paredón y disidentes, más de 100 millones de muertos, que fueron víctimas inocentes, por pensar diferente y querer ser libres. El comunismo, suena bonito en teoría, pero es poco realista en la praxis: un mundo donde todos seamos iguales, nada individualistas y muy solidarios. ¿No sería preferible, un mundo donde no haya desigualdades sociales, con igualdad de oportunidades para todos… donde seamos más prósperos y felices, porque así lo hemos decidido individualmente, no porque así lo haya impuesto o decretado un “comité de burócratas”?, porque hay que decirlo claramente, detrás de ese Estado, hay personas concretas, decidiendo nuestro futuro (con intereses particulares e individualistas también). A casi nadie le gustaría, que algún oficinista le venga a decir qué es justo y qué no lo es, qué productos consumir y cuáles no, qué programas de televisión mirar y cuáles no, en fin… Los pueblos desarrollados prefieren la libertad y el Liberalismo social, porque éste con los defectos propios que tiene, por ser un invento de la civilización humana, es mejor que la planificación centralizada y el comunismo. ¡Qué sonarán muy bien en teoría! (de hecho el paraíso cristiano debe ser así), pero no toman en cuenta que al ser dirigido por seres humanos movidos por sus propios intereses en el sector público y no por arcángeles: está condenado al fracaso, porque si habría sido un modo de producción beneficioso para la humanidad, todavía seguiría en pie en la ex URSS, en China y en los países de Europa del Este. En Cuba, por ejemplo, el socialismo vive sus horas de agonía, se encuentra en estado vegetativo, con respiración artificial, a la espera de que su gobierno marxista, le retire el tubo de oxígeno.

Los socialistas extremos, proponen además, la desaparición del dinero, al cual lo ven como un instrumento de injusticia e inequidad “social”. La pregunta aquí es: ¿Con qué será de realizar el intercambio?, será tal vez con piedras, con animales, con espejos, con sal, en fin. En palabras simples, pretenderían que la sociedad humana involucione a la edad de la “piedra”, es decir, retorne al arcaico sistema del trueque, que es característico de las sociedades atrasadas y de los países que sufren crisis económicas (acordémonos los ecuatorianos cuando después de la estanflación de 1999, empezamos a emplear el trueque, por la desconfianza en el Sucre). El trueque tiene dos inconvenientes: 1) La imposibilidad de conocer el valor monetario del bien o servicio a ser intercambiado, porque nadie cambia algo que sea exactamente del mismo valor (o usted ha ido al mercado a cambiar un billete de un dólar, vez tras vez), pues éste es un concepto subjetivo, que depende de la escasez (menor oferta y mayor demanda), como lo demostraron claramente los economistas marginalistas; y 2) la mutua coincidencia de necesidades, es decir, para que usted intercambie algo conmigo, usted debe necesitar el producto mío y yo también el suyo, lo cual no siempre es así. No debemos esperar todo del Estado y aportar con nuestro granito de arena al desarrollo nacional. El socialismo comunista es totalitario y estatizante por definición, mientras que el Liberalismo social confía en el ser humano y en su legítimo afán de superación.

Nada es Gratis

A la mitad de una clase en una Universidad de Occidente, uno de los alumnos oriundo de un país socialista, inesperadamente le preguntó al profesor: - "¿Usted sabe cómo se capturan los puercos salvajes?" El profesor creyó que era un chiste y esperaba una respuesta divertida. El joven respondió que no era un chiste. Y dijo: - "Usted captura puercos salvajes encontrando un sitio adecuado en la pampa y tirando un poco de maíz en el piso. Los puercos vienen diariamente a comer el maíz esparcido en el suelo. Cuando se acostumbran a venir diariamente, usted construye una cerca a un costado del sitio en donde ellos se acostumbraron a venir. Cuando se acostumbran a la cerca, ellos regresan a comer el maíz y usted construye otro lado de la cerca. Ellos vuelven a acostumbrarse y regresan a comer. Usted va poco a poco acostumbrándolos y distrayéndolos hasta instalar los cuatro costados del corral alrededor de los puercos golosos y vagos; al final instala una puerta en el último lado. De esta forma, los puercos ya están acostumbrados al maíz fácil y a las cercas y comienzan a venir solos por la entrada. Es ahí cuando Usted cierra el portón y captura a todo el grupo." - “Así de simple, en un segundo, los puercos pierden su libertad. Ellos empiezan a correr en círculos y a chillar dentro de la cerca, pero ya están atrapados. Luego, obviamente, empiezan a comer el maíz fácil y gratis. Se quedan tan acostumbrados a eso que se olvidan cómo cazar y alimentarse por sí mismos, e, irónicamente, aceptan la esclavitud (...)"

FUENTE: www.ecuadorenvivo.com (20 de agosto del 2010)

Los socialistas del siglo XX, aspiraban que el socialismo sea la fase previa al comunismo. Así que la próxima vez que le hablen de socialismo, piense en Cuba, no en Chile, ni en los países nórdicos de Europa (de los cuales hablaremos más adelante). No se confunda entre socialismo y “conquistas sociales”. El socialismo comunista, presenta un predominio del Estado por sobre los particulares en la actividad económica, no respeta la propiedad privada, confisca por doquier, reprime libertades básicas de los seres humanos, confía más en el Estado que en el mercado, quiere planificarlo todo, controlarlo todo, es intolerante ante la opinión ajena, etc. Algo que ni en Chile, ni en los países nórdicos de Europa, se vive hoy en día.

Si usted quiere saber, si se aplica o no socialismo marxista en un determinado país, siga tres reglas básicas, 1) ¿Qué opina su presidente sobre la propiedad privada? ¿La respeta, la confisca o la expropia?, si la respeta: no hay socialismo marxista allí, pero si todo dice: ¡Confísquese!, no hay caso, el individuo en cuestión es socialista radical. 2) ¿Qué opina su presidente sobre el mercado?, ¿Confía en él o quiere planificarlo todo?, si confía en el mercado: no hay socialismo marxista allí, pero sí todo dice: ¡Nacionalícese!, o ¡Planifíquese!, eso es socialismo marxista también; y, 3) ¿Su presidente habla todos los días de burguesía y proletariado? ó ¿de oligarquía y clase trabajadora?, ¿habla sobre imperialismo?, peor aún ¿ha calificado de “pitiyanquis” a ciertos “pequeño burgueses”?, Si la respuesta es afirmativa a más de una cuestión, no hay duda amigo mío, usted vive en un país socialista con tendencia comunista. Por ello, debe prepararse para un colapso socioeconómico de enormes proporciones, como ya sucedió en el pasado (piense que el socialismo es “científico” y siempre e invariablemente el fenómeno de su colapso se reproduce, vez tras vez).

Además, ya lo dijo el filósofo Santayana: “los que se olvidan de la historia, están condenados a repetirla”.

Ec. Pablo Zambrano Pontón
CATEDRÁTICO, ESCRITOR Y ANALISTA ECONÓMICO


Sus excelentes, didácticos y prácticos libros: Microeconomía, Macroeconomía y Economía Internacional, los puedes encontrar en MR BOOKS, LIBRERÍA ESPAÑOLA Y ALMACÉN UNIVERSITARIO, o envíale un mail a pabli_zam@yahoo.es