sábado, 2 de julio de 2011

La gente en las calles…

sábado 02 de julio del 2011 Columnistas
Pablo Lucio Paredes pabloluc@uio.satnet.net

…es su lugar y derecho. Las sociedades son para las personas (no para los gobiernos, banqueros … o ¡economistas!) que deben construirlas con sus deseos, aspiraciones… errores y aciertos. Como señala Carlos Fuentes, es en las calles en 1789, 1840, 1870, 1968 donde se dieron cambios importantes en las estructuras sociales. Cambios radicales repetidos en 1989 en los expaíses comunistas y ahora en los árabes. Mi impresión es que en el mundo actual, más democrático (insuficientemente), más abierto y productivo, los cambios se dan con más frecuencia en el día a día, y ya no hay grandes revoluciones radicales, porque 50 años de cambios paulatinos (las revoluciones tecnológicas, la libertad y apertura) generan más transformaciones que un gran sacudón.

Pero la gente expresa inquietudes, rebeldía porque estas transformaciones han abierto la caja de Pandora de una enorme esperanza que no puede realizarse con suficiente velocidad y amplitud. Hay avances generales pero nuevas brechas, que acompañan nuestra percepción: no solo queremos avanzar sino avanzar comparándonos con otros y con nuestros sueños avivados. Pero, ¿la gente se queja de qué?

En Grecia por la austeridad necesaria para pagar deudas acumuladas. Tienen razón, los bancos internacionales deben asumir parte de las pérdidas porque al prestar erradamente tienen una responsabilidad compartida (luego los alemanes y otros, en sus países, decidirán si esas pérdidas las asumen los bancos o los ciudadanos). Pero se equivocan cuando no reconocen la parte del problema que es propio de Grecia: a la gente le gusta la parte agradable (endeudarse) pero no la desagradable (pagar), es muy probable (como ha sucedido en tantas partes, el Ecuador de los 70 y de ahora, por ejemplo) que pocas personas reclaman en la primera fase pero luego muchos quieren desconocer las deudas en la segunda. Este no es un problema de economía capitalista, todo lo contrario, es el producto de economías populistas en las que a la gente se le venden sueños de papel basados en deuda, y se les ofrece sin esfuerzo trabajo, seguridad, bienestar. La deuda es el reconocimiento de que no hubo esfuerzo productivo suficiente frente a las ventajas adquiridas.

En Chile, por algo específico: educación que abre el camino del futuro. Está muy bien, reclamen por un sistema más amplio y de calidad. Pero se equivocan cuando creen que más educación pública y menos iniciativa privada es la solución. Es la amplitud de opciones la que permite avanzar.

En España hay mezcla de muchas cosas. El mismo tema griego de las deudas, y más. Pero hay muchas confusiones: se pide al mismo tiempo un mayor gobierno que mantenga el estado de bienestar, y más participación en las decisiones de la vida, y lo uno es (casi) incompatible con lo otro (gobiernos grandes son más autoritarios y dan más poder a la clase política tan criticada). Se quiere una economía de empleos, pero al mismo tiempo con grandes cargas tributarias. Demasiada protección frente a menos esfuerzo. Sinceridad y confusión.

…Hay que oír a la calle… ¡y la calle también debe escuchar!

TOMADO DE: EL UNIVERSO, GUAYAQUIL-ECUADOR, 2 DE JULIO 2011

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