martes, 8 de marzo de 2011

KARL MARX

  KARL MARX (1818 – 1883)


Foto: http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Marx

Karl Marx  1818-1883. Filósofo alemán.  Autor del “Capital, crítica a la economía política clásica” y el "Manifiesto Comunista".   Padre del Marxismo y de la Sociología.

“La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas”
“El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra”
“El ejecutivo del Estado moderno no es otra cosa que un comité de administración de los negocios de la burguesía”
“El motor de la historia es la lucha de clases”
“Los desposeídos tienen un mundo que ganar”
“El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan”
“Y la burguesía no sólo forja las armas que han de darle la muerte sino que, además, pone en pie a los hombres llamados a manejarlas: estos hombres son los obreros, los proletarios”
Karl Marx
Fuentes: http://www.proverbia.net
Marx nació en la localidad alemana de Tréveris (Prusia), el 5 de mayo de 1818 y falleció en Inglaterra (Londres) el 14 de marzo de 1883. Se lo considera junto con su colega y amigo, Friedrich Engels, como el inventor del socialismo “científico”.  En 1848, publicó: “El Manifiesto del Partido Comunista”, en coautoría con Engels.
Años después, Marx se trasladó a Inglaterra, donde escribió su obra cumbre: “El Capital”, cuyo primer volumen vio la luz en 1867.  Libro en el cual comienza su análisis del mundo capitalista con el estudio sobre “la mercancía”, donde dice que ésta no es más que una simple cosa que tiene su precio.  Aceptando luego la definición dada años atrás por Smith en su libro: “La Riqueza de las Naciones” (1776), dice que esta mercancía, tiene un valor de uso (utilidad concreta de la cosa) y un valor de cambio (precio de la cosa).  Dice que las mercancías tienen una sola característica común: “la propiedad de ser todas ellas producto del trabajo”.  La magnitud de su valor, está determinada por la cantidad de trabajo, medida por la duración o tiempo del mismo, que él lo considera como: “el tiempo de trabajo socialmente necesario”.  Define al trabajo como “trabajo humano, puro y simple”, diciendo que es puro gasto fisiológico del organismo de los hombres sociales.  A Marx sólo le interesa el trabajo simple.  Al trabajo complejo, lo cataloga como “trabajo simple, potenciado”. Continúa su larga exposición, hasta concluir con que el capitalismo no es más que un sistema de “explotación del hombre por el hombre”, al que hay que derrotarlo una vez que el proletariado se dé cuenta que el trabajador es el creador del valor, “injustamente” apropiado por el capitalista, en forma de plusvalía; que una vez que este modo de producción se desarrolle al máximo, aparecerán sus contradicciones internas y vendrá una sociedad más justa y más incluyente denominada socialismo, como fase previa al comunismo.  ¡Qué como todos sabemos, en la práctica no ha funcionado!
Foto: El Capital de Karl Marx.  Así como Smith fundó la economía política con su libro: “la riqueza de las naciones”, Marx instituyó la sociología y la crítica a la economía clásica, con su libro: “El capital”.  (Foto: losmediospelosargentinos.wordpress.com)
Marx participó en la fundación y organización de la Primera Internacional Comunista (28 de septiembre de 1864), conocida como la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT).  Internacional Comunista, opuesta abiertamente al capitalismo de libre mercado.  Marx además se caracterizó por ser ateo, es decir, por negar la existencia de Dios, lo cual resulta paradójico, porque surgió en el seno de una familia de tradiciones cristianas.
”La inquietud religiosa es al mismo tiempo la expresión del sufrimiento real y una protesta contra el sufrimiento real. La religión es la queja de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón y el espíritu de un estado de cosas desalmado.  Es el opio del pueblo”. (Karl Marx, en su obra: “Contribución a la crítica del Derecho de Hegel)” Imagen obtenida de: http://robertbriones.files.wordpress.com/2007/09/ateo.jpg)
Políticamente, aboga por una sociedad comunista. Entre el hombre alienado (aquel que no coincide consigo mismo, que está perturbado, que está enajenado) y el hombre comunista (aquel que finalmente es igual a un hombre, según él) se coloca el proceso transformador, “liberador”.  Para Marx, sólo en la sociedad comunista desaparecerá por fin toda alienación.  Este término “el hombre nuevo socialista”, será recogido posteriormente por Ernesto el “che” Guevara,  en América Latina, admirado por la juventud latinoamericana y mundial como un símbolo de rebeldía y resistencia, no obstante haber sido un guerrillero empeñado en llevar la revolución marxista cubana a todos los rincones del planeta tierra, hecho que finalmente no se concretó debido a su muerte acaecida en Bolivia, en 1968.  
Imagen: la tradicional imagen de la hoz y el martillo comunista.  http://usuarios.lycos.es/pcrr/comunismo_fotos.htm

LAS CLASES SOCIALES SEGÚN EL PENSAMIENTO MARXISTA

Para Marx, las clases sociales son grupos antagónicos, divididos en burguesía (clase alta) y proletariado (obreros y pueblo llano). [1] Los burgueses se apropian del trabajo del otro a causa del lugar diferente que ocupan en la estructura económica de un modo de producción determinado.  Este lugar es impuesto fundamentalmente (no exclusivamente) por la forma específica en que se relacionan los hombres con los medios de producción.  Esta relación puede ser de dos tipos: basada en la propiedad y fundamentada en la no-propiedad.  Los grupos sociales antagónicos han existido siempre, afirma Marx: en la sociedad esclavista (amos y esclavos), en la sociedad feudal (señores y siervos), y en la sociedad capitalista (burguesía y proletariado).
La burguesía está conformada por capitalistas (empresarios), propietarios de los medios de producción social, que emplean trabajo asalariado de los obreros e intelectuales.   En la teoría marxista, el proletariado es la clase social que no tiene propiedad sobre los medios de producción.  Por tanto, la única fuente de ingresos para los proletarios es la venta de su fuerza de trabajo. El marxismo ve al proletariado (la clase marginada, explotada) y a la burguesía (la clase propietaria explotadora) como inherentemente hostiles, al defender intereses antagónicos, lo que se manifiesta, en el hecho de que los trabajadores de las fábricas desean que sus ingresos laborales (sueldos y salarios) sean tan altos como sea posible, mientras que los dueños del capital desean que los costos laborales (sueldos y salarios), sean tan bajos como sea posible.  Para Marx, esta es la peor contradicción, es la concreción en el período de producción hegemónicamente capitalista, de lo que se denomina la “lucha de clases”, considerada por él, como motor de la historia.  Para Marx, la transición del modo de producción capitalista será superada por la toma de conciencia del proletariado sobre sus intereses objetivos.  A través de este proceso, se logrará detener el proceso de dominación capitalista para llegar, en el pensamiento de Marx, a una verdadera historia de la humanidad, pasando del socialismo al comunismo. 

¿QUÉ ES LA LUCHA DE CLASES?

Con este término se define el enfrentamiento que se produce entre dos clases sociales antagónicas cuando luchan por sus intereses estratégicos de largo plazo. Así, el interés estratégico a largo plazo de la clase dominante consiste en perpetuar su poder, el de la clase dominada en destruir el sistema de poder y el enfrentamiento que se produce entre ambas fuerzas antagónicas, constituye la lucha de clases proclamada por el marxismo.  Marx y Engels afirman en el Manifiesto Comunista: "La Historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases".  Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, o sea, en términos marxistas, opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada algunas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad con el hundimiento de las clases beligerantes. Los marxistas señalan que las huelgas, manifestaciones callejeras, las tomas de fábricas, terrenos, propiedades agrícolas etc., sólo pueden ser contextualizadas en el marco de la lucha de clases, que sostiene el proletariado con la burguesía, en la medida en que el proletariado visualice como su objetivo final la destrucción de la burguesía como clase.
A propósito, ¿de dónde provendrá la idea de Marx, de que los obreros proletarios reemplazarían a los empresarios capitalistas, si vemos que históricamente los amos esclavistas pasaron a ser señores feudales y éstos después capitalistas?, ¿No sería más lógico entonces que los capitalistas pasen a ser la nueva clase dominante en el socialismo? ¿Acaso Marx, señaló esto con el propósito de que la clase obrera tome conciencia de tal situación y se instaure una violenta lucha de clases a nivel mundial, con derramamiento de sangre incluido y como un simple viraje de fuerzas, es decir, los que antes bajo el capitalismo eran explotados ahora en el socialismo serían explotadores?, ¿Esto último de qué serviría, qué sentido lógico tendría? 
Un obrero pateando a un empresario, ilustra la famosa “lucha de clases marxista”.  ¿No sería simplemente “virar la tortilla”, es decir, reemplazar al obrero o proletario por el empresario, no haría que ahora el trabajador explote al empresario y que éste más bien se vaya con sus inversiones a otra parte?, ¿Se vaya en busca de un mejor horizonte para su capital, como pasa en Cuba y Corea del Norte, hoy por hoy? (Imagen: http://ecuador.indymedia.org/images/2005/04/8689.png)

CRÍTICAS A MARX

Marx ha sido objeto de numerosas críticas.  En el siglo XIX, los principales cuestionamientos provenían de intelectuales y organizaciones del movimiento obrero, que sostenían posturas políticas distintas a las de Marx.  Entre otros, Bakunin, anarquista y rival en la inspiración de la Internacional, consideraba autoritario a Marx. 
Durante el último tercio del siglo XIX y, sobre todo durante el siglo XX, la fuerza del marxismo en los ambientes intelectuales y organizaciones políticas de todo el mundo hizo que numerosos pensadores esencialmente liberales intentasen refutarlo.  Poco después de la muerte de Marx, el economista austriaco Böhm-Bawerk publicó varios ensayos sobre el subjetivismo del valor, entre ellos “Karl Marx and the Close of His System”, de 1896, donde refutó el libro, El Capital y la teoría del valor-trabajo marxista, señalando que no se las debería considerar teorías del campo de la economía (con lo cual estoy totalmente de acuerdo).  En el siglo XX, una de las críticas más influyentes ha sido la del filósofo y sociólogo austriaco,  Karl Popper, quien en su obra: “La sociedad abierta y sus enemigos”, realizó una crítica contra los principales enemigos de la libertad, esto es, los totalitarismos, tanto el nazismo como el socialismo real.  Popper recorre el largo camino histórico que va desde los orígenes del pensamiento político hasta la fecha en que concluye el libro (1945) mostrándonos los personajes que han contribuido a la creación de un mundo bipolar, con un extremo totalitario que busca la perfección y hace lo posible por conseguirla, sin lograrlo jamás, y un movimiento filosófico que se opone al totalitarismo a lo largo de la historia.  Los totalitarios son los pesimistas de la historia, que siempre verán problemas en los seres humanos, a los que deben corregir en sus errores, los liberales siempre aceptarán al ser humano con sus errores y con sus virtudes también.  Así, en esta obra, analizó lo que él llama “profecías marxistas desmentidas por la historia”. Popper escribió también un ensayo crítico con las pretensiones del marxismo como ciencia de la historia, considerando que incurre en lo que él denomina “historicismo”.

 
Fotos: Karl Popper y su obra clásica: “La Sociedad Abierta y sus enemigos” (4.bp.blogspot.com)
El historiador norteamericano Paul Johnson dedica a Marx un capítulo en el libro “Intellectuals”, una obra en la que resalta la mezquindad personal de muchos intelectuales.  Así, según este autor, []los conceptos y la metodología marxistas "tienen un fuerte encanto para [los] espíritus carentes de rigor" (Johnson, Intelectuales, pág. 71); por otro lado afirma (v. op. cit., págs. 83 y ss), "los hechos no tienen una importancia central en la obra de Marx", sino que "ocupan un lugar secundario, refuerzan conclusiones previas a las que llegó independientemente de ellos"; y que El Capital, la obra cumbre de Marx, "es un sermón enorme y a veces incoherente, una embestida contra el proceso industrial y el principio de la propiedad llevada a cabo por un hombre que había concebido un odio fuerte, pero esencialmente irracional contra ambos" (op. cit., pág. 83)
 
Fotos: Paul Johnson y el best seller: “Intellectuals” (2.bp.blogspot.com; http://www.charmaineyoest.com/archives/intellectuals_paul_johnson.jpg)
FUENTE: http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Marx; y,  http://www.apocatastasis.com/diccionario-glosario-marxismo-marxista.php#_dialectica
El voluminoso libro de Marx “El Capital.  Crítica a la economía política clásica”, lo he resumido en muy pocas líneas (seguramente para disgusto de los convencidos y fanatizados marxistas radicales), pues este sociólogo y filósofo alemán, fundador del autodenominado “socialismo científico”,  a lo largo y ancho de su libro básicamente dice lo siguiente:
El capitalismo es un sistema que se basa en la explotación del hombre por el hombre... El capital variable es el que da origen a la plusvalía apropiada por el capitalista... La lucha de clases es el motor de la historia y en la medida que el obrero tome conciencia de ello, se desatará una violenta pelea por la toma del poder con la victoria final del proletariado obrero por sobre la burguesía capitalista-empresarial, originándose entonces el socialismo como fase previa al comunismo... Socialismo donde hay un Estado que realiza la mayor cantidad de actividades económicas, pero por ser injusto también debe desaparecer para llegar al comunismo, donde todos seremos iguales y “a cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad”, en un mundo lleno de abundancia y prosperidad, denominado: “paraíso comunista”, etc., etc., etc.…
El objetivo final del marxismo, no es ayudar a superar las crisis capitalistas, a ser más solidarios como algunos señalan; sino que su intención final, es destruir el capitalismo, construir el socialismo e implantar el comunismo.  ¿Estaremos dispuestos a aceptarlo, quienes creemos en la libertad del ser humano, acompañada de la necesaria solidaridad social, que sí es posible disfrutarla en un capitalismo más humano, denominado: LIBERALISMO SOCIAL? 
Hoy en día,  estamos pasando de un “capitalismo imperialista” a un nuevo capitalismo solidario denominado: “Liberalismo social”, por ello es que Bill Gates y Warren Buffet, por ejemplo, el 4 de agosto del 2010, lideraron un movimiento para convencer a 38 multimillonarios norteamericanos a que donen al menos la mitad de sus fortunas valorada en $ 230 mil millones de dólares, para ayuda humanitaria a los más necesitados.  ¿Cuánto puede invertir Cuba hoy por hoy en asistencia social?, ¡Nada!, porque primero hay que tener dinero, para después distribuirlo equitativamente; por más solidario que sea el modelo socialista, si no hay previa creación de la riqueza de los individuos (empresarios particulares), el resto son únicamente buenas intenciones y nada más.  Este paso de un capitalismo insensible a uno más humano, a uno más solidario; se explica por la explosión de la delincuencia a nivel mundial.  Porque son esas vistosas desigualdades, las que la provocan.  Por tanto, no le resulta conveniente a ninguna persona sensata en el mundo civilizado, profundizar la inequidad y la injusta distribución del ingreso y la riqueza.

¿Qué es el CAPITALISMO? (PARA MARX)

Desde la perspectiva marxista, el capitalismo es uno de los modos de producción que Marx definió como estadios de la evolución histórica de la Economía, definidos por un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y una forma particular de relaciones de producción.  Es el siguiente al modo de producción feudal y, en la predicción del futuro que hace la teoría marxista; su lógica interna le conducirá a su desaparición y sustitución por un modo de producción más avanzado denominado socialismo.  (En el presente libro, a la etapa superior del capitalismo se la ha bautizado como “liberalismo social”, porque éste a diferencia del socialismo marxista, no está basado en el Estado como motor de la economía, sino que está fundamentado en la iniciativa particular, en la libertad económica y en la solidaridad).
Así que para Marx, sería su lógica interna y las contradicciones entre capital y trabajo, lo que haría desaparecer el capitalismo y no un simple decreto impuesto por la fuerza, que instaure el socialismo comunista en un solo país, como erróneamente lo hicieron en la URSS, en Cuba, en Vietnam, en Corea del Norte, en Europa del Este, etc.  Ni siquiera constaba en el plan de Marx el socialismo en un solo país, pues, éste debía darse a nivel global, como resultado del colapso capitalista que algunos lo identifican con la Gran Depresión de la economía global en 1930.  Abrupta caída de la producción y el empleo, que fuera detenida por John Maynard Keynes, considerado por muchos economistas, como uno de los principales científicos macroeconómicos del siglo XX (compartiendo honores con Friedman, con Hayek, con von Misses, etc., porque pese a ser de otra inclinación político-ideológica, los une su enorme vocación técnica y de investigación económica).  En los planes de Marx, no estaba la aparición de Keynes ni de otros economistas modernos, quienes con sus estudios han impedido que se cumpla la  profecía marxista. 

En el enlace digital  (http://e-pesimo.blogspot.com/2008/11/mercados-de-la-mano-invisible-de-adam.html), se lee: 

“Aunque se puede remontar el pensamiento socialista a la Revolución Francesa (Babeuf, Fourier), a los llamados utópicos (Robert Owen, Saint-Simon) o a pensadores difíciles de clasificar, como Proudhon, fue la llegada de Marx la que, a mediados del XIX, replanteó tanto la economía como la sociedad y la política.
Marx partía de fuentes clásicas (Adam Smith pero, sobre todo, David Ricardo en Economía y Hegel o Feuerbach en Filosofía), pero sus conclusiones eran absolutamente opuestas a las de ellos. Tanto él como Smith coincidían en el valor del trabajo, pero para Marx el empresario robaba el excedente (plus trabajo, plusvalía) a los trabajadores, que eran los que realmente lo producían.  Su teoría del valor, así como la de la acumulación de capital, sentaron las bases de una nueva doctrina: el marxismo o socialismo “científico”.
Para sorpresa del propio Marx, la revolución que él creía inevitable en los países capitalistas -explotadores- no llegó nunca.  Sus ideas (y alguna perversión de las mismas) triunfaron, sí, pero en países en los que, según la Historia, no debieron hacerlo; como la Rusia de los zares, Cuba, Corea del Norte o algunas regiones africanas”.

En China por ejemplo, Andrés Oppenheimer en su libro: “Cuentos Chinos”, relata que un alto funcionario chino, concretamente el señor Hong Lei, el subdirector de Información del Ministerio de Relaciones Exteriores, le dijo: “Nosotros seguimos siendo comunistas.  Lo que ocurre es que el comunismo es un ideal a largo plazo, que puede tardar doscientos o trescientos años en alcanzarse (…) Durante la década del cincuenta, nuestra percepción del comunismo no era la correcta.  Cometimos el error de adoptar políticas destinadas a implantar el comunismo de la noche a la mañana.  Sin embargo como ya lo decía Marx, el comunismo debe darse en una sociedad que ya alcanzó el bienestar material (…) Estamos construyendo el socialismo con características chinas.  Y en esta etapa, lo que caracteriza nuestras decisiones es el pragmatismo” [1]
La definición marxista del modo de producción capitalista se centra en el establecimiento de unas relaciones de producción basadas socialmente en la existencia de proletarios desposeídos de todo tipo de relación con los medios de producción, que pertenecen al capitalista, con el que se ven obligados a realizar un contrato, por el que le venden su fuerza de trabajo a cambio de un salario.  Es el capitalista el que organiza la producción, que en su aspecto técnico está determinada por un nivel de desarrollo económico propio de la época industrial, en que el capital ha adquirido el predominio sobre la tierra, que era la fuerza productiva dominante en los modos de producción anteriores (esclavismo y feudalismo). La clave de la concepción marxista del capitalismo está en los conceptos de alienación (el hecho de que el proceso y el producto del trabajo devienen ajenos al trabajador); y de plusvalía, o sea, la parte de la cantidad de trabajo incorporada por el trabajador asalariado al objeto de trabajo que excede en valor a lo pagado por el salario (teoría del valor-trabajo).  En esa diferencia de valor estriba para Marx el beneficio del capitalista, puesto que es éste el que realiza el valor de lo producido mediante la venta en el mercado, que genera un precio que ha de ser superior al costo de producción si es que la actividad económica ha sido exitosa. 
La apariencia libre del contrato entre capitalista y trabajador, apenas enmascara la presión a la que está sometido éste por la existencia de un ejército industrial de reserva, que es como Marx denomina a los desempleados que están dispuestos a sustituirle.
La crítica marxista al capitalismo sostiene que este modo de producción contiene contradicciones inherentes que provocan las crisis cíclicas.  Marx, en su libro El Capital, fundamenta esta opinión aduciendo que cada vez es más difícil para el capitalista valorizar su capital. Las relaciones de competencia a las que está sujeto el capitalista, obligan a éste a implementar de manera constante y creciente nueva y mejor maquinaria para incrementar la productividad del trabajo y, de esta forma, vender sus mercancías a un precio más bajo que sus competidores directos.
De este modo, disminuye el componente "trabajo vivo" (la contratación de trabajadores) dando lugar a lo que Marx denomina "ejercito industrial de reserva" es decir, una considerable parte de la clase obrera que queda a la espera de un trabajo. Esta espera forzosa que impone el capitalismo a la clase obrera, hace que este "ejercito industrial de reserva" se convierta, por un lado, en una importante masa de pobres e indigentes, y, por otro lado, en causa de la imposibilidad de que el salario ascienda rápidamente (debido al excedente de oferta en la fuerza de trabajo).

            Para no ser parte de este “ejército industrial de reserva”, es decir, de esta enorme masa de desempleados, es necesario que los individuos se preparen y se capaciten mejor.  Este tipo de desempleo señalado por Marx, en términos económicos, se lo conoce como “desempleo estructural”.  Aquellas personas que están buscando activamente un trabajo, pero por el propio desarrollo del capitalismo, no lo pueden encontrar, al haberse quedado desactualizadas, sus capacidades.  Así por ejemplo, en los actuales momentos es necesario conocer informática e inglés, para ser competitivo en el mercado laboral.  ¡Hay que buscar la diferenciación y la especialización! A nivel individual y como país; sin que ello signifique reemplazar al capitalismo por un sistema inviable e impracticable como lo es el socialismo marxista. 


[1] Oppenheimer Andrés.  “Cuentos Chinos”.  Random House.  México 2006.  Páginas: 62-63

[1] Para Marx, no existe la clase media, aunque sí la “pequeña burguesía”, aliada natural de la “burguesía”.  Los “pitiyanquis”, en el discurso de barricada de Hugo Chávez.  

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