domingo, 18 de septiembre de 2011

¿LAS MONEDAS EN LLAMAS?, PABLO LUCIO PAREDES

¿El mundo en crisis? No, solo es una parte del mundo y esta vez (sorprendentemente) los países desarrollados. Mientras tanto, hay países que en base a ahorro, esfuerzo, trabajo e inversión siguen caminando y disminuyendo la pobreza, notoriamente China e India, pero también otros en Asia, Brasil y más. Incluso en Europa los que han logrado combinar: responsabilidad social (estado de bienestar más razonable), equilibrio macroeconómico, competitividad empresarial, flexibilidad laboral negociada, capacidad de alcanzar acuerdos políticos (Alemania, Holanda, Suiza, Suecia, Noruega).

La comunidad europea se fortaleció alrededor del euro (última etapa de un largo proceso de integración) porque tendrían más peso comercial, económico, estratégico y solidario. Pero se equivocó (aunque esa presión era probablemente irresistible) al integrar a países de menor productividad (los mediterráneos) que vieron su ingreso a la zona euro como la oportunidad de dar un salto hacia los demás, pero no basado en años de ahorro e inversión, sino con deuda y aportes externos. Su lógica fue simple: “Acepto las reglas de entrada al club, y ya adentro las incumplo en particular con un endeudamiento enorme, porque sé que la probabilidad de ser excluido es mínima ya que eso afectaría la credibilidad del propio club. En consecuencia sé que los creadores de ese club pondrán los recursos para mantenerme adentro”. Es exactamente el caso griego.

Por ende solo hay dos soluciones. Uno, se mantienen todos dentro de casa pero alguien debe asumir los costos de un endeudamiento excesivo (como en América Latina hace 20 años): los ciudadanos de los países más fuertes, los propios países parcialmente, una mayor tasa de inflación que licúa deudas, los bancos (sin duda protegidos en exceso). ¿Quién? Dos, del euro se excluya a los países que no tienen las condiciones adecuadas, habrá una fase de incertidumbre porque el club no ha cumplido todos sus objetivos, pero luego un euro con menos países más sólidos recuperaría confianza … ¡aunque en este caso también alguien debe asumir el costo del exceso de deudas! La segunda es más sensata y mejor para todos, es quizás menos grave de lo que se plantea (no hoy, pero en poco tiempo cuando las aguas se hayan calmado un poco). La principal preocupación (humana, económica, estratégica) es que los países fuera del euro queden de hecho relegados a un segundo plano y nunca converjan hacia los otros, lo cual puede ser inmanejable en un territorio tan pequeño como Europa: no es así, también hay esquemas económicos que permitan la convergencia sin tener integración monetaria.

Las monedas en el mundo siguen (de cierta manera) a la deriva, se necesita un esquema más estricto que permita tener un estándar de medida y mayor disciplina: una combinación de patrón oro, menos discrecionalidad de los Bancos Centrales y menor multiplicación del dinero bancario. Combinado con límites en los endeudamientos estatales (la deuda es sana dentro de límites), porque se debe crear y mantener un alto nivel de vida con ahorro real y productividad, no empujando los problemas hacia el futuro. Las demás soluciones son simples espejismos.

TOMADO DE EL UNIVERSO, 17 DE SEPTIEMBRE 2011

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