domingo, 18 de marzo de 2012

2012: ¿El fin del Euro?

Por: Pablo Zambrano Pontón


En Mugardos, un pequeño pueblo de la zona de Galicia, los comerciantes están recibiendo pesetas, la moneda española anterior al euro, para todo tipo de compras. Mientras en otros lugares del país, cierran empresas y el desempleo aumenta.

La iniciativa de los mugardeños ha dado resultado. La economía está saliendo a flote con el arribo de turistas del resto de España, que llegan a gastar las pesetas que tenían guardadas hace 12 años, cuando el país ibérico adoptó el euro como moneda nacional.

Mientras en Europa se sigue debatiendo todavía, si el euro, será capaz de sobrevivir la grave crisis de deuda que afronta el viejo continente desde el 2010. Por eso ya se habla del fin de la moneda común europea.

Así, en una encuesta realizada por la agencia Reuters a fines del 2011, 14 de 20 reconocidos economistas europeos consultados (70%), dijeron que la moneda única no sobreviviría en su forma actual y las empresas se preparan para enfrentar el peor escenario posible.

El Wall Street Journal informo que “varios bancos centrales europeos han estado elaborando planes de contingencia para prepararse, ante la posibilidad de que varios países abandonen la eurozona o de que la unión monetaria se rompa por completo”.

Por ejemplo, el Banco de Irlanda está estudiando si tiene que comprar más prensas para fabricar monedas nacionales, si se ve obligado a salir del euro, o si la moneda europea desaparece.
El gobierno de Reino Unido, país que no tiene al euro como moneda (y donde circula la libra esterlina), pero cuya economía está atada a la Eurozona, ha instruido a sus embajadas para que atiendan a sus conciudadanos, en caso de que se produzcan disturbios, si el euro llegase a desaparecer.

Para Europa es muy difícil sostener su moneda comunitaria. La salida de los primeros ministros de Grecia e Italia no resolvió nada. Hay profundas contradicciones en una unión monetaria, que no cuenta con el respaldo político necesario para sobrevivir.

Los mercados están cada vez más desconfiados, lo cual lleva a caídas en los precios de los bonos de los gobiernos (Teoría de las expectativas, en este caso negativas).

Los problemas de origen del euro

El problema fundamental del euro, como moneda, está en que no tiene un respaldo político real. Para todos los países miembros, la prioridad descansa en su propio bienestar económico y no en el de la Unión Europea, es decir, no son efectivamente comunitarios, son bastante individualistas.

El euro funcionó muy bien en períodos de prosperidad y bonanza económica, pero la falta de una base política sólida, impide que se puedan realizar los correctivos necesarios, que se requieren para manejar una crisis, tan severa de deuda como la actual (Grecia por ejemplo tiene una relación deuda/PIB del 160%, que equivale al de una persona percibiendo un ingreso de 1000 dólares mensuales, con obligaciones o pasivos por $ 1600).

Otro de los problemas de la situación actual europea, se presenta por las rigideces en el mercado laboral, pues a más de la política monetaria, deberían todos compartir la flexibilidad laboral. Esto no sucede por ejemplo en EEUU, donde la política monetaria es la misma, pero si una persona siente que a un Estado no le va bien, se puede ir a trabajar en otro.

En definitiva, no basta con disponer de una moneda sólida como en su tiempo lo fue el euro, es necesario que todas las políticas económicas (a más de la monetaria), la fiscal y la cambiaria, estén articuladas y sean las mismas en toda la zona Euro. Algo difícil de conseguir en la práctica, dado que hay países disciplinados como Alemania o Francia y otros bastante reacios a aceptar a la economía de mercado, como: Grecia, España, Italia, Irlanda o Portugal.

¿Regresarán o no, las antiguas monedas?

Desde la óptica de los países endeudados (los indisciplinados antes mencionados), habría que preguntarse si su salida del euro, los beneficiaría en el largo plazo. Y aquí las cosas no están muy claras. Cualquier traspaso de moneda y devaluación (pérdida de valor de la moneda), implicará un shock, que producirá enormes pérdidas y quebrantos económicos.

Pero los economistas heterodoxos (aquellos que hablan de una crisis del capitalismo, antes que de una crisis de la deuda) creen que no pagar la deuda y volver a sus propias monedas, les quitaría un enorme peso de encima y les devolvería a los países irresponsables (porque gastaron más allá de sus ingresos durante largos períodos de tiempo), el control de su política monetaria, permitiéndoles devaluar la moneda para hacerse más competitivos (como si la competitividad dependiera solamente del tipo de cambio, si así fuera, en el Ecuador por ejemplo, antes de la dolarización, habríamos sido los campeones mundiales de la competitividad, al haberse devaluado el dólar en un poco más de un año entre agosto 1998 y diciembre 1999 en el 400%, sin que ello haya significado el aumento masivo de exportaciones, al contrario, hubo una grave crisis que se la resolvió con el dólar y la posterior aplicación de políticas fiscales coherentes).

Sin embargo, si podría ser esa la salida en este caso para los países altamente endeudados, volver a sus antiguas monedas, porque de lo contrario serían simplemente naciones pobres atadas a la moneda de países ricos. Argentina, es un ejemplo ilustrativo al respecto, dado que después de la cesación de pagos y el default en 2001, saliéndose de la convertibilidad (anclaje de su moneda, el peso argentino, frente al dólar) y devaluando, obtuvo tasas de crecimiento económico del 8% en promedio, durante toda la década inmediatamente anterior.

Predicciones

El economista estadounidense Nouriel Roubini, quien predijo la crisis de 2008, considera que hay un 45% de posibilidades del colapso de la eurozona. En otras palabras, el fin del euro. Yo más bien creo, que saldrán los indisciplinados, aquellos que vivieron por encima de sus posibilidades, endeudándose y consumiendo más allá de su producción interna; los de la alegre filosofía antibíblica: “comamos y bebamos que mañana moriremos”, sin tomar previsiones para épocas difíciles. Aquellos que no constituyeron colchones de ahorro, que los pudieron haber ayudado ahora en estas épocas de “vacas flacas”. Las naciones disciplinadas como Alemania o Francia, no han sufrido mayores contratiempos. ¿De qué crisis del capitalismo acumulativo y concentrador hablamos?, es una crisis de deuda motivada por la irresponsabilidad financiera de naciones, que creyeron que la bonanza duraría para siempre y que nunca pensaron que difiriendo los problemas para el futuro, lo único que consiguieron es endeudar irresponsablemente a sus pueblos, con una inmensa cuenta por pagar, que la tendrán que pagar –como siempre- precisamente los más pobres y olvidados, a quienes esta gente poco científica y técnica, dice siempre defender. Echándole la culpa ahora al sistema, a lo que ellos llaman “el neoliberalismo”, cuando el liberalismo como doctrina nos recuerda: que debemos estirar los pies, hasta donde dan las sábanas, porque las burbujas consumistas, tarde o temprano, tienen consecuencias nefastas.

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