Publicado
en 2 febrero,
2017 by Iván Carrino
Un lugar común en los debates es que las recetas liberales ya se probaron y fracasaron. En esta nota demostraré por qué es falso este planteo.
Un lugar común en los debates es que las recetas liberales ya se probaron y fracasaron. En esta nota demostraré por qué es falso este planteo.
Estudié ciencias económicas porque, a mis 18 años, quería entender más
acerca de cómo funcionaba el mundo y qué se podía hacer para cambiarlo.
Ya desde el colegio secundario me enganchaba en largos debates acerca
del modelo de país, del tipo de cambio, y si nuestras crisis económicas eran
culpa del estado o del mercado.
Más acá en el tiempo, todo sigue bastante similar. Argentina va de
crisis en crisis, y yo sigo debatiendo sobre economía con todo aquél que esté
listo para tener un intercambio respetuoso.
Mi punto de vista es bastante sencillo: dado que en el mundo los países
con mayor libertad económica son los que más prosperan, y dado que Argentina ha
hecho todo lo contrario en este sentido, propongo un país más libre con un
gobierno mucho más limitado en sus funciones.
Libertad cambiaria, bajos impuestos y apertura comercial están en esta
receta que podríamos llamar clásica o liberal.
Ahora siempre que propongo algo del estilo, no falta la persona que diga
con autoridad supina:
No, Iván. Eso ya se probó en Argentina y fracasó rotundamente.
No creo que haya habido reunión, medio de comunicación, o grupo de
whatsapp donde no me hayan lanzado alguna vez esta frase.
Evidentemente, ya forma parte del “imaginario popular”.
Es por eso que en lo que queda de esta nota me dedicaré a contestar esta
pregunta: ¿Es cierto que el liberalismo en Argentina se probó y
fracasó?
Vamos por partes. Lo primero que hay que responder es si, alguna vez en
la historia, existió algo cercano al liberalismo económico en el país.
La respuesta a esa pregunta es un rotundo SÍ.
Lo que queda por saber, entonces, es si durante la vigencia de ese sistema,
el país obtuvo malos resultados.
La respuesta a esta segunda parte de la pregunta es un rotundo NO.
En un post que ya debería ser un clásico de la “blogosfera”, el
economista sanjuanino Guillermo Sánchez ilustra con datos cómo evolucionó la
economía argentina durante la “Era Relativamente
Liberal”, que sitúa entre 1880 y 1913.
Durante esos años, el estado se mantuvo limitado (con un gasto promedio
del 8,8% del PBI), cumpliendo con lo que el preámbulo de la constitución
recomendaba: “asegurar los beneficios de la libertad para nosotros,
para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar
el suelo argentino”.
En la época relativamente liberal, el país estaba abierto al comercio
internacional y a la inmigración, y salvo episodios puntuales (como la crisis
de 1890-91), la inflación se mantuvo baja y estable. Entre 1880 y 1913,
la inflación promedio fue un envidiable 1,6% anual.
Los resultados de este tipo de sistema económico son relatados por
Sánchez. El PBI durante esa época se multiplicó casi por 8, mientras que en
términos per cápita, con una inmigración que crecía a ritmos acelerados, se
multiplicó por 2 y medio.
Otro dato relevante es que el país vivió una verdadera industrialización
durante ese período. Guillermo Sánchez lo explica:
El sector industria manufacturera del PBI a precios del ‘93
aumentó como nunca jamás, un impresionante 1193% entre 1880 y 1913. El
componente industrial del PBI real se multiplicó por casi 13 (…) dejando en un
alejadísimo segundo lugar a la época intervencionista, con 202%. A pesar de la
sustitución de importaciones, a pesar del proteccionismo, a pesar del apoyo
estatal, etc…
Por último, también aumentó el salario real nada menos que 82%
entre 1880 y 1913. Gracias a la baja inflación y al constante aumento de la
productividad, los trabajadores argentinos estaban cada vez mejor.
A la luz de estos datos, la primera conclusión es sencilla: el
liberalismo sí se probó en Argentina en el pasado y fue un éxito total. De
hecho, comenzamos a caer cuando abandonamos ese camino.
Ahora bien, ¿Qué hay de los otros períodos supuestamente liberales
como 1976-1983 y 1989-2001?
La primera aclaración que hay que hacer aquí es que una
dictadura militar que niega derechos individuales básicos no debería ser
asimilada al liberalismo. La libertad es algo integral y no se limita solo
al ámbito de la empresa privada.
Yendo a lo económico, suele argumentarse que los militares de mediados
de los ’70 fueron “aperturistas”.
Es posible que haya habido menos trabas a la importación. Sin embargo,
en los datos no se verifica dicha apertura. En términos del PBI, las
importaciones en 1976 representaban el 8,3%, mientras que en 1983 pasaron a
representar el 7,0%. Esto está lejos de ser una “apertura
indiscriminada” a las importaciones.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que durante el período de la
dictadura, si bien el déficit fiscal se achicó dos años después del
“Rodrigazo”, fue creciendo todos los años, con un gasto público que superaba el
30% del PBI. Como resultado, la deuda pasó del 28,7% del PBI en 1976 al
64,2% en 1983.
Si a estos números le sumamos que el gobierno militar seguía siendo
dueño de todos los canales de televisión y numerosas empresas públicas, y que
tenía un sistema de tipo de cambio controlado similar al de
Kicillof, no podemos sostener que se trató de un gobierno liberal.
Durante la década del ‘90, la historia fue similar. Es cierto
que se tomaron buenas decisiones como privatizar empresas públicas e imponer un
sistema de caja de
conversión que terminó con la inflación. Sin embargo, el
déficit fiscal fue creciente y también el endeudamiento, lo que atrasó el tipo
de cambio real y complicó la competitividad del país.
Esto no quiere decir que el liberalismo haya fracasado, sino simplemente
que el déficit fiscal financiado con deuda es un arma peligrosa, algo que
ningún liberal discutirá. El liberalismo propone un estado limitado, bajo gasto
público y equilibrio fiscal. No déficit y endeudamiento.
Para terminar, vuelvo a la pregunta inicial: ¿Es cierto que el
liberalismo se probó en Argentina? Sí. ¿Es cierto que fracasó? De ninguna
manera.
Durante la era más liberal, el país creció y se convirtió en un faro de
atracción para los inmigrantes del mundo. Con otros modelos, el país cayó en la
decadencia y el atraso.
Por último, las experiencias históricas que muchos insisten en llamar
“liberales”, no tuvieron nada que ver con el liberalismo.
ENLACE ARTÍCULO ORIGINAL: http://inversor.global/2017/02/es-cierto-que-ya-se-probo-y-fracaso-el-liberalismo-en-argentina/
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