INTRODUCIÓN
Cuando Marx escribió
el libro “El capital, crítica a la
economía política”, lo hizo en un contexto histórico de salvaje
explotación, cuando miles de obreros morían como consecuencia de las crueles
prácticas para obtener el máximo beneficio económico. Eran otros tiempos: predominaba el enfoque de
producción, el punto de vista unidireccional de obtener ventas a como dé lugar. Hoy, las circunstancias son diferentes, hemos
pasado del punto de vista del productor, a la perspectiva del cliente: interno
y externo. Sin duda, existen todavía
minoritarios capitalistas y empresarios explotadores; pero, aquellas empresas
que no respetan a sus trabajadores (hoy llamados colaboradores) o a los
consumidores (que somos numéricamente la mayoría), o al fisco, o al medio
ambiente, están condenadas al fracaso.
En suma: la economía ha evolucionado, del capitalismo al mercado
socialmente responsable; y, es ésta, la fase superior y evolucionada del
capitalismo; de modo alguno, el “imperialismo”, como política e ideológicamente
lo definiera Vladimir Lenin. Así, los
inventos desarrollados por científicos y emprendedores como Steve Jobs, por
ejemplo, surgieron en el entorno social de la economía de mercado; y no
aparecieron: en laboratorios aislados, en economías planificadas o por decreto
gubernamental. En definitiva, lo
hicieron en el entorno y en el marco de una economía libre o muy poco
intervenida.
Estimados amigos, gracias
por leer el presente libro, sean todos ustedes ¡Bienvenidos! a este recorrido
investigativo y analítico; que espero les resulte útil y agradable. Las opiniones aquí vertidas, serán efectuadas
en base a hechos concretos, verificados y documentados, con la debida fuente de
información. Todos los acontecimientos
relatados y sus correspondientes comentarios: son de dominio público, sin
tergiversaciones, ni suposiciones de ninguna índole. Han sido escritas en forma técnica,
independiente, objetiva, clara y transparente.
Un agradecimiento
especial, a los distintos autores, economistas, científicos, políticos, periodistas,
sociólogos e investigadores; cuyo pensamiento está presente en internet, en
libros, en revistas, o en diarios. Espero
que esta obra de Economía orientada al Desarrollo, sirva de reflexión para la
sociedad latinoamericana y en especial para nuestros gobernantes.
El presente libro
trata de confrontar algunos modelos económicos: socialismo, capitalismo proteccionista
o mercantilista y liberalismo o economía de mercado socialmente responsable; para
que el lector saque sus propias conclusiones, independientemente de la opinión
del autor. ¿Será verdad que el liberalismo
es una opción utilizada por los gobiernos ubicados en la derecha política? ¿Se
puede considerar al socialismo, como un modelo lleno de virtud y solidaridad? ¿Sería
mejor para el Ecuador y para otros países de la región, tratar de seguir el sistema
proteccionista, el socialismo del siglo XXI, o el pragmático modelo de liberalismo
vigente en varios Estados latinoamericanos y en los países más prósperos a
nivel mundial? Interrogantes que espero, sean absueltas en la las páginas que
siguen.
De lo que sí debemos
estar convencidos, es que el subdesarrollo sólo está en la mente, no existe una
fatalidad determinista que nos imponga o nos condene a ser subdesarrollados por
siempre; pues si hubiera una confabulación internacional que impone el atraso y
la miseria, cabe entonces preguntar: ¿por qué han podido vencerla países como: Chile, Hong Kong,
Singapur, Australia, Suecia, Suiza, Brasil, China, India, Rusia, Corea
del Sur, Taiwán, Finlandia, etc.? La respuesta es polémica sin duda. No obstante, existe evidencia comprobada de
que estas naciones y otras más, pudieron realmente progresar, solamente cuando
abandonaron sus visiones político-ideológicas y abrazaron con fe, la senda del
pragmatismo-científico, la libertad y la solidaridad, como ejes de su
desarrollo económico, social, cultural y político. En una palabra, cuando abrieron sus economías
al mercado y le dejaron al Estado, la redistribución social de la riqueza y
actividades que son más regulatorias o controladoras, antes que interventoras. Cuando siguieron modelos socioeconómicos
exitosos y abandonaron los fracasados, es decir, aquellos que no han funcionado,
que en la práctica han sido: “fábricas de pobreza, represión y miseria”, en
nombre del igualitarismo comunista y colectivista, de evidente signo marxista.
Escribo al amparo de
la Constitución del Ecuador (2008), la misma que en el Artículo 66 numeral 6 garantiza que una persona tiene: “El derecho a opinar y expresar su
pensamiento libremente, en todas sus formas y manifestaciones”. E igualmente solicito, el respeto a los
artículos 18 y 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
Artículo 18:
- “Toda
persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de
religión; (…) así como la libertad de manifestar su religión o su
creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado,
por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”.
Artículo 19:
- “Todo
individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este
derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de
investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin
limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
Escribo, basado en mi
experiencia académico-profesional, y luego de publicar tres libros de relativo
éxito: 1) Microeconomía; 2) Macroeconomía; y, 3) Economía Internacional; lo hago además, como un ejercicio libre, práctico
y objetivo. Considero que el pragmatismo de la economía científica y
valores ético-morales como: la honestidad, la responsabilidad, la libertad, la solidaridad,
el respeto a la propiedad privada, la paz y la sana competencia; influyen en
el progreso de las naciones, porque eso lo demuestran los modelos de los países
que ya han conseguido o están en camino de obtener una: “VISA AL
DESARROLLO”. Lo hago en forma
libre, porque la libertad a más de que significa hacer o decir lo que uno
quiere, implica ejercitarla de manera responsable; sin supuestos, ni especulaciones;
basado en cifras, en hechos reales, con opiniones independientes y por
sobretodo, respetando el derecho y la honra de las demás personas. Más que imparcialidad, el lector encontrará
en estas líneas: objetividad, honestidad y transparencia.
¡Bienvenido a este
viaje! ¡abróchese bien los cinturones!, que estamos a punto de despegar, en
este fascinante vuelo que nos conducirá directamente al progreso de varias naciones,
correctamente enfocadas, en los aspectos científico-económicos del mercado y en
los temas solidario-sociales del Estado.
El Autor
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