El ejemplo
más obvio radica en el contraste entre la Alemania del Este y del Oeste, inicialmente partes de un único país, roto
en dos como consecuencia de las vicisitudes de la guerra. Gentes de un mismo origen, con una misma
civilización, un mismo nivel de desarrollo técnico y conocimiento, habitan las
dos partes. ¿Qué parte ha prosperado? ¿Qué parte debió construir un muro para
encerrar a sus habitantes? ¿Qué parte lo protege hoy día con guardias armados,
acompañados de perros fieros, campos de minas e instrumentos fruto del ingenio
diabólico, a fin de impedir que unos valientes y desesperados ciudadanos,
dispuestos a arriesgar sus vidas, intenten abandonar su “paraíso comunista” por
el “infierno capitalista” al otro lado del muro?
Comentario: Aquí Friedman se
refiere al contraste entre las dos Alemanias, antes de su reunificación
ocurrida hace un poco más de 20 años (9 de noviembre de 1989). A propósito habría que decirles a muchos
intelectuales latinoamericanos, que el Muro de Berlín ya se cayó, porque simple
y sencillamente la teoría marxista, no funcionó en la práctica, en los hechos,
en el día a día, en la realidad pura y objetiva
A un lado de este muro, las calles y las
tiendas brillantemente iluminadas son frecuentadas por una población alegre y
bulliciosa. Algunos compran productos procedentes de todo el mundo. Otros se dirigen a los numerosos cines o a
otros lugares de diversión. Pueden
comprar libremente periódicos y revistas que expresen toda la variedad de
opiniones. Hablan entre sí o con
extranjeros sobre cualquier tema y expresan una amplia variedad de opiniones
sin echar una sola mirada hacia atrás por encima del hombro. Una pasarela de menos de cien metros, después
de esperar una hora en cola, rellenando formularios y esperando la devolución
de los pasaportes, les llevará como nos llevó a nosotros, al otro lado de este
muro. Allí, las calles parecen vacías:
la ciudad es gris y descolorida; los escaparates de las tiendas están apagados;
los edificios, sucios. La destrucción
que la guerra provocó no ha sido reparada aún al cabo de más de tres
décadas. El único signo de animación o
actividad que encontramos durante nuestra breve visita a Berlín Este, fue el
centro de acogida. Una hora en Berlín
Este es suficiente para entender por qué las autoridades levantaron el muro.
Comentario: Friedman al haber
visitado Berlín Este, comprobó con sus propios ojos, porque el Gobierno
marxista de Alemania Oriental decidió levantarlo. La pregunta que les hago a los intelectuales
y académicos latinoamericanos es la siguiente ¿Si es tan maravilloso el
socialismo marxista, por qué razón sus autoridades tuvieron que levantar un
muro? ¿No se supone que nadie querría escapar o huir de un sitio tan
paradisíaco? Y sin embargo lo hacían, aún al riesgo de perder sus vidas, en caso
de que los déspotas y tiranos que los gobernaban, los hubiesen encontrado
escapándose de allí; como aún hoy en día y con lágrimas en los ojos, recuerdan
y cuentan los pobres individuos que tuvieron el infortunio de sufrir en carne
propia el horror y la pesadilla que supone vivir en un régimen totalitario,
fanático y extremista, llamado socialismo marxista, como fase previa al
comunismo.
Parecía un
milagro cuando Alemania Occidental, un país devastado y derrotado, se convirtió
en una de las economías más fuertes de Europa en menos de una década. Fue el
milagro de un sistema de mercado libre.
Ludwig Erhard, un economista, era el ministro alemán de economía. El domingo 20 de junio de 1948, introdujo una
nueva moneda, el marco alemán, y abolió casi todos los controles sobre precios
y salarios. Actuó un domingo, le gustaba decir, porque
las oficinas de las autoridades de ocupación francesa, americana e inglesa
estaban cerradas. Dada su actitud favorable hacia los controles, estaba seguro
de que si hubiera introducido la nueva moneda y abolido los controles cuando
las oficinas estaban abiertas, las autoridades de ocupación habrían revocado
sus órdenes. Sus medidas operaron como por arte de magia. Al cabo de varios días las tiendas estaban
llenas de bienes. Al cabo de varios
meses, la economía alemana progresaba a toda velocidad.
2 comentarios:
La implantación de cualquier ideología como verdad absoluta sea esta económica, política o religiosa, siempre a causado en dicha sociedad perdida de libertades individuales y reducción en la calidad de vida de todas las personas. La descripción que Milton Friedman hace sobre la extinta Alemania Oriental, muestra como el marxismo, aplicado cual dogma en el periodo de la guerra fría, no solo causo debacles económicas en los países que aplicaron estas políticas (naciones satélites de la ex URSS), sino que también el gran tesoro que tiene la humanidad, que es la libertad, en sus diferentes manifestaciones, fue pisoteado por gobiernos fascistas, cuyos lideres gozaban de los privilegios de la burguesía capitalista que tanto criticaban.
Esto solo muestra la libertad sea económica, de prensa, de pensamiento, es lo que lleva a los sociedades al desarrollo constante.
Lo felicito por su aporte economista. Saludos.
De nada Óscar, gracias a usted por su constructivo comentario y sobretodo por leerlo. Saludos cordiales. PZP
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