El jueves 4 de julio del 2013, a las 18h00, ante una nutrida concurrencia de estudiantes, docentes, autoridades de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Central del Ecuador, se realizó una Conferencia, con la participación de tres economistas (en orden de aparición en el escenario): Pablo Zambrano Pontón, Juan Fernando Carpio y Pablo Lucio Paredes.
El Econ. Enrique Lasprilla, destacado Decano de la Facultad de Ciencias Económicas, fue el encargado de dar la Bienvenida a los asistentes a tan magno evento; las ponencias (en orden de aparición) fueron:
- "Principales Escuelas de Pensamiento Económico" (Pablo Zambrano Pontón)
- "El aporte de la Escuela Austríaca al Pensamiento Económico" (Juan Fernando Carpio)
- "La Crisis del Sistema Financiero actual" (Pablo Lucio Paredes)
El evento contó con la colaboración del estudiante Byron Punina, alumno del tercer semestre de la Escuela de Estadística de la Facultad de Ciencias Económicas, quien las ofició de Maestro de Ceremonias.
En la primera intervención, el Ec. Zambrano, destacó el aporte de dos Escuelas al Pensamiento Económico: El Keynesianismo y el Liberalismo, señalando que son las dos únicas que han tenido aplicación práctica y exitosa al desarrollo de los países, fruto de ello, señaló: "son las dos únicas, cuyos representantes, se han hecho acreedores a obtener varios Premios Nobel". Manifestó además que en América Latina, cometimos el error de tratar de mezclar el agua con el aceite, al intentar (a través de la escuela cepalina de los años 60), combinar al Keynesianismo con el Socialismo Marxista, porque son dos corrientes mutuamente excluyentes: la una capitalista intervencionista, y la otra totalmente anti-mercado y anti-sistema. Calificó al Marxismo de: "doctrina política, antes que económica", citando al filósofo liberal socialdemócrata: Karl Popper. Finalmente dijo (citando a Edmund Phelps, Rudiger Dornbusch y Milton Friedman): "El keynesianismo es útil en el corto plazo, para superar recesiones a través de una adecuada política fiscal- no sólo basándose en el aumento del gasto público, sino también en la reducción de impuestos al consumo-, mientras que el liberalismo lo es en el largo plazo: para conseguir desarrollo económico sostenible".
Juan Fernando Carpio, en una brillante segunda intervención, señaló: "en todo intercambio, las dos partes buscan obtener un beneficio mayor al efectuar una determinada transacción", habló además del excedente del consumidor microeconómico, del efecto Cantillon, y de que la economía no surgió con Adam Smith, sino con muchos pensadores de la antiguedad: los griegos, Cantillon, entre otros. Criticó al marxismo y el concepto de plusvalía, manifestando que no siempre los empresarios obtienen utilidades, sin embargo, deben adelantar sus probables beneficios o posibles pérdidas en forma de salarios. La posición de los trabajadores no es tan mala, porque si el capitalista sufre pérdidas, es éste último el que debe afrontarlas; aunque claro, el asalariado se quedaría momentánea -o definitivamente también- sin una fuente de ingresos.
Cerrando con broche de oro, Pablo Lucio Paredes, señaló que el origen de las burbujas financieras está en la capacidad de creación del dinero bancario, mediante el multiplicador monetario; en esa capacidad que tienen los bancos centrales del mundo de emitir fácilmente dinero y en la capacidad de reproducción acelerada del capital financiero, a través del mecanismo: depósitos del público y créditos al sector productivo. Dijo también que no se sabe por qué extraña razón los países miden la inflación únicamente a precios del consumidor (IPC) y no calculan también la inflación de activos, porque en toda burbuja especulativa, los precios de los activos suben demasiado, en comparación con la capacidad productiva de la economía; al explotar la burbuja, la gente no tiene cómo pagar sus deudas, dado que contrajo créditos para pagarlas, y se quedó sin trabajo. Lo que estamos viendo en España, ahora mismo es un claro ejemplo, donde banqueros inescrupulosos ofrecían créditos a las personas, sin las debidas y reales garantías de que iban a poder cancelarlas. Señaló además que no tiene nada de liberal, salvar banqueros, que debería ser como cualquier negocio, donde obtienen ganancias o asumen las pérdidas que conlleva su actividad, pero que sin embargo siempre saben que habrá un gobierno dispuesto a salvar bancos, dada su enorme influencia político-económica y que eso mismo: vuelve menos cuidadosos a los banqueros, con el dinero de los depositantes.
En síntesis: el liberalismo, no defiende empresarios ni banqueros, defiende empresas como generadoras de producción y pago de impuestos justos (no confiscatorios ni desproporcionados); y que es la alianza entre el Estado y el sector privado, la que consigue el desarrollo de los países. El Estado apoyando, no entorpeciendo la labor de los emprendedores arriesgados que se lanzan y toman riesgos, en pos de una aventura desconocida e incierta, donde no siempre se gana, porque a veces también se pierde.
Evento sumamente académico-económico, totalmente alejado del discurso político-ideológico de izquierda o de derecha.
Juan Fernando Carpio (Docente Principal de la Universidad San Francisco de Quito); Pablo Lucio Paredes (Director del Instituto de Economía de la Universidad San Francisco de Quito); y, Pablo Zambrano Pontón (Docente Principal de la Universidad Central del Ecuador); luego de haber ofrecido una Conferencia Económica, en el Paraninfo de la Facultad de Economía de la Universidad Central del Ecuador. (Quito-Ecuador-Sudamérica, 4 de julio del 2013).